(cuento)
Todos los años
viene a visitarme.
Nos conocimos
hace diez, nueve, en un peep show de la Kaiserstrasse, donde
yo trabajaba en ese entonces.
Él habla bien
inglés, me parece, pero yo no tanto, así que nuestra comunicación se limita a
lo indispensable, que es muy poco. Qué risa, se me acaba de ocurrir algo
estúpido, obvio: antes me pagaba en marcos y ahora en euros, cien euros; no me
acuerdo cuánto era en marcos, cómo pasa el tiempo.
Es un poco raro.
No se parece a esos aburridos empleados de la Bolsa, con impecables trajes de Hugo Boss, que
empiezan a caer por acá ya a la tardecita, antes de que anochezca. Frankfurt es
una ciudad gris y fría, todo el año... Alguna gente está muy a tono con la
ciudad.
Él es editor, me contó.
Viene todos los años a la Feria
del Libro. Igual no entiendo muy bien qué es lo que hace. Le dije una vez que
no tenía idea de qué me hablaba, pero era mentira, sólo quería hacerme la dura:
a veces voy a la Feria;
me gusta el olor de las alfombras, del material con que están hechos los
puestos, de los libros. Yo quería estudiar literatura. Bueno, también quería
ser monja. Pero no creo que deba contarle esto, justo a él. Además, ¿a quién le
interesa lo que siente una puta? Quizás a él sí... Es amable, pero a veces
adopta una actitud que él debe creer violenta, recia. No tiene idea. Una vez
lloró después, como si estuviera traicionando a alguien o a algo.
Hace el amor (sé
que es una manera de decir) lentamente. Cuando termina, le digo “Hasta el año que
viene”, pero él no contesta, sólo sonríe. Tiene una linda sonrisa triste. Se
viste despacio. Al final, se pone el cuellito blanco, no sé cómo se llama, de
esos que usan ellos, y se va. Apenas saluda.
(Publicado en Grageas,
100 cuentos breves de todo el mundo, Sergio Gaul vel Hartman comp., Buenos
Aires, 2007.)
Qué lindo cuento. La voz de la mujer es bella, tiene un dejo pueril y en ciertos momentos, me pareció la voz de la ciudad. Me la imagino como una de esas putas preciosas, albanas o croatas, de las esquinas del Tiegarden en Berlin.
ResponderEliminarSaludos, nos vemos en TW.
¡Gracias! Sí, verdad, es la voz de la ciudad, como en Hiroshima mpn amour: "Mi nombre es Hiroshima...", etc.
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